dilluns, 20 de juny del 2016

26-J. ¿Una fecha clave?


Por primera vez en la reciente democracia en España, vamos a asistir a una repetición de las elecciones, debido a que el resultado obtenido no permitió a ningún partido poder formar gobierno, ni aún con pactos. Las encuestas, nos indican que el panorama tras las elecciones será similar, ya que nadie conseguirá por si solo la mayoría absoluta.
Ante todo esto, la gente se pregunta: ¿qué pasará si no hay acuerdo? Incluso hay algunos, que plantean la continuación de esta situación, ya que al estar “en funciones”, no se puede hacer nada malo. Ni bueno tampoco, por cierto. Porque ya hemos visto, que determinadas decisiones que se habían aprobado en el Congreso, por mayoría, sobre todo en lo referente a temas de tipo social, han perdido su valor, al disolverse las Cortes.


A nosotros, como ciudadanos y representantes de los trabajadores, nos interesa ver en qué han cambiado, si es que lo han hecho, las propuestas de los diferentes partidos. Y la verdad, lo que hemos visto, es más de lo mismo, con una capa de pintura y arreando. Un corte y pega por aquí, una ocurrencia por allá, y a ver si hay suerte.
No es serio. No es de recibo, que nos quieran vender que van a bajar los impuestos, cuando desde Bruselas nos amenazan con una sanción por incumplir el déficit. Que por cierto, en el Parlamento Europeo, se lo tendrían que hacer ver, porque poner una sanción económica --se habla de 2.000 millones de euros--, a un Estado con los problemas económicos que padecemos aquí, no es la mejor manera de ayudar a solucionarlo, precisamente. De todas maneras, la sanción no será ahora, porque podría perjudicar en campaña. El susto nos lo darán después, todo junto, incluido el plan de ajuste que se va a tener que realizar, pero que casi nadie nombra por si acaso.
Hay otros, que después de no querer ni hablar en las pasadas elecciones con algún partido, esta vez van en coalición. La verdad es que en esto de la política, no sabes con que compañero de cama te vas a encontrar en algún momento. De todas maneras, leeremos su programa en el formato de tienda de muebles, eso sí, no les puedo asegurar que sea con una sonrisa, ya que el patio no está para sonreír precisamente.
Otros, nos dicen que el único cambio se producirá con ellos. Pues aquí también, la gente se quedó a cuadros, cuando los compañeros de viaje que eligieron no son precisamente los más progresistas. Si, esos que dicen que no apoyarán a fulanito, pero bueno, que a lo mejor sí pero ya veremos. En definitiva, ni si, ni no, sino todo lo contrario.
Lo que esperábamos ver, en la anterior campaña electoral, y ahora en esta, era una apuesta más firme y decidida para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Los antiguos y las nuevas incorporaciones. Esto se concretaría derogando la nefasta reforma laboral, esa que ha permitido el empobrecimiento legal de la clase trabajadora, el acceso al mercado laboral en condiciones precarias, la eliminación de derechos, la limitación de la negociación colectiva, con todo lo que ello conlleva para los ciudadanos.
En concreto, nos gustaría que los partidos llevaran en la agenda de campaña, para cumplirlo evidentemente, sus medidas en los asuntos que nos afectan a los ciudadanos; sanidad, educación, pensiones, aplicar la ley de dependencia, servicios públicos, medidas de fomento del empleo, un empleo en condiciones dignas, la derogación de las reformas laborales, elevar el salario mínimo interprofesional, reformar la política fiscal, fortalecer el gasto social y promover un suelo de gasto social en la Constitución, una Unión Europea social y respetuosa con los derechos humanos, derogar la LOMCE, garantizar la igualdad y un largo etcétera.
Aquellos que planteen y defiendan estos temas serán los más creíbles, los veré con una sonrisa, creeré en el cambio y me gustaría que fueran nuestro futuro gobierno. 

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