Seguro
que estaremos todos de acuerdo en que el mes de Agosto, con el calor
y las vacaciones, no parece el momento ideal para tratar sobre
legislación y responsabilidad social.
Pero
es verdad que, con tantas noticias que se acumulan en estos tiempos,
parece haber pasado desapercibida la aprobación el pasado 4 de
Julio, por el pleno de las las Cortes Valencianas, de la Ley de
Fomento de la Responsabilidad Social.
Bajo
este título que a primera vista puede parecer poco atractivo, se
encuentra un importante texto que es el segundo en España que aborda
esta materia, incorpora criterios sociales, éticos y
medioambientales en la contratación pública, e impide trabajar con
empresas que operen en paraísos fiscales. Además la norma prevé la
aprobación del Plan Valenciano de Responsabilidad Social, y obliga a
la Administración de la Generalitat a elaborar una memoria anual de
Responsabilidad Social, con las medidas llevadas a cabo en este
ámbito.
Así,
esta ley sitúa a la Comunitat como referente en el centro de las
políticas públicas y es la herramienta para velar por una
contratación y compra pública responsables. Y el objetivo de la
misma, que ha contado con el apoyo de todos los grupos parlamentarios
excepto el PP que ha votado en contra, es favorecer prácticas
socialmente responsables en las Administraciones Públicas.
Desde
UGT-PV
se ha venido trabajando desde hace tiempo la inclusión en el texto
de la misma, vía enmiendas, aspectos encaminados a contemplar la
subrogación del personal, o el establecimiento de una plantilla
mínima. Todo ello con el fin de mejorar las condiciones laborales y
la estabilidad de quienes prestan servicios en contratas de la
Administración.
En definitiva, se trata de una ley que velará por impulsar una contratación responsable que incorpora aspectos sociales, éticos y medioambientales en los procedimientos de licitación como las oportunidades de empleo, el trabajo digno, el cumplimiento con los derechos sociales y laborales, la inclusión social o la igualdad de oportunidades, entre otros.
Las enmiendas a la misma, impulsadas por UGT-PV y presentadas junto con CCOO PV a lo largo del proceso de tramitación de la norma, establecen entre otros aspectos: La obligatoriedad de la subrogación directa del personal frente a un cambio de contrata; la aplicación del convenio sectorial, o el de empresa si fuera más beneficioso; o la obligación de fijar en los contratos el número mínimo de horas y personas necesarias para el cumplimiento de un servicio de calidad.
En definitiva, se trata de una ley que velará por impulsar una contratación responsable que incorpora aspectos sociales, éticos y medioambientales en los procedimientos de licitación como las oportunidades de empleo, el trabajo digno, el cumplimiento con los derechos sociales y laborales, la inclusión social o la igualdad de oportunidades, entre otros.
Las enmiendas a la misma, impulsadas por UGT-PV y presentadas junto con CCOO PV a lo largo del proceso de tramitación de la norma, establecen entre otros aspectos: La obligatoriedad de la subrogación directa del personal frente a un cambio de contrata; la aplicación del convenio sectorial, o el de empresa si fuera más beneficioso; o la obligación de fijar en los contratos el número mínimo de horas y personas necesarias para el cumplimiento de un servicio de calidad.
Tengamos
en cuenta que la administración es contratista en muchos campos,
entre ellos sectores como el de la limpieza o el de la seguridad,
donde la temporalidad y la precariedad están a la orden del día y
en los que muchas veces la contratación se ha basado únicamente en
un criterio cortoplacista y cicatero de precio, sin atender a otras
situaciones como posibles impagos anteriores a los trabajadores, etc.
de acuerdo a la legislación que implantó Montoro como anterior
ministro de Hacienda y Función Pública.
En
suma, una ley social muy importante por la que debemos felicitarnos
por su aprobación y estar vigilantes en su cumplimiento.
Publicado en Periódico Mediterráneo
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