Necesitamos
con urgencia poner cura a una sociedad con una salud muy debilitada
en los últimos años. La crisis, la reforma laboral, los recortes en
sanidad, dependencia y educación, nos están convirtiendo en pobres
crónicos.
Es
verdad que los grandes números dicen que la crisis ha sido superada,
al menos para algunos, pero la realidad es que se han acentuado las
desigualdades. Los beneficios empresariales que ya están en niveles
precrisis no han tenido su reflejo en el conjunto de la sociedad.
Pero la UGT que es un sindicato de clase, sigue defendiendo, después
de 130 años, la redistribución de la riqueza como herramienta
imprescindible para combatir esa desigualdad, que en España tiene un
carácter más virulento que en el resto de Europa. Creo que todos
estamos ya un poco hartos de esta situación.
Desde
UGT estamos convencidos que debemos dejar a las generaciones
venideras una sociedad abierta, justa, igualitaria, moderna, rica…,
pensiones dignas, salarios justos, igualdad entre hombres y mujeres,
sin discriminación por sexo, sin corrupción, sin violencia, con
empleo estable, con atención a la dependencia y con servicios
públicos de calidad. Seguramente tienen que pasar años para
conseguir logros de tal magnitud, pero no tiramos la toalla.
Podremos
legislar e incluso podremos derogar leyes, que han sido nefastas para
la clase trabajadora (claro ejemplo son las reformas laborales) pero
serán solo curas paliativas, soluciones a corto plazo, tiritas.
Vendrán otros gobernantes que cambiarán las cosas nuevamente y
seguiremos dando tumbos los de siempre, los más débiles, la clase
trabajadora, los que no podemos pagarnos un máster, que nos abriría
oportunidades de trabajo, y mucho menos, aprobarlo sin asistir a
clase.
Por
ello necesitamos con urgencia educar, sentar las bases de un sistema
educativo que coordinado con las familias sea capaz de extraer las
mejores capacidades de nuestros niños y niñas, capacidades físicas,
mentales y sensoriales. Poner a trabajar a la sociedad educativa en
un proyecto de futuro firme, pero flexible, que sea capaz de resistir
las voluntades políticas, que a menudo persiguen fines partidistas.
Necesitamos una sociedad que garantice una educación pública de
calidad, capaz de educar en igualdad, en respeto, en derechos, capaz
de ofrecer a cada individuo las herramientas que necesita para
desarrollarse. Esta es la mejor inversión de futuro y es por esto
que no debemos escatimar en recursos ni en esfuerzos, necesitamos una
cura definitiva.
UGT,
ha sido y es defensora firme de un sistema educativo basado en la
igualdad, en la libertad, en el progreso. Como también lo es de la
existencia de un pacto de estabilidad que garantice por una parte, la
cobertura de todas las plazas vacantes, lo que redundará en la
calidad de la enseñanza y por otra, el aprovechamiento de la
experiencia que el profesorado interino puede aportar.
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