Desde
que se realizó la Reforma Laboral por parte del PP, desde UGT, venimos
manifestándonos en contra de ella, porque entendíamos que la solución a la
crisis, no era reducir salarios, precarizar la contratación, abaratar y facilitar
el despido incluso teniendo ganancias, priorizar el convenio de empresa sobre
el sectorial con el consiguiente perjuicio de miles de trabajadores de pequeñas
empresas, donde no existe equilibrio de
fuerzas y donde el paraguas del convenio
de sector, ya no les protegía. Concretamente me estoy refiriendo a la
Negociación Colectiva. Una herramienta básica que regula las condiciones de los
trabajadores y trabajadoras, tras la negociación con la representación
empresarial. Pues bien, esta obligatoriedad de negociación, se desvirtuó, a
partir de la posibilidad de que el convenio de empresa tuviera prioridad sobre
el sectorial. Estos convenios, los de empresas, crecieron en un porcentaje escandaloso. Por cierto,
todos para empeorar las condiciones laborales y económicas de sus trabajadores
y trabajadoras. Y a esto último me voy a referir para ver la evolución de los
convenios durante el periodo 2015-2018.
En
el año 2015, se negociaron 5 convenios provinciales que afectaban a 19300
trabajadores, y 20 convenios de empresa que afectaban a 2731. Curioso. Los
convenios provinciales, tuvieron un incremento del 1.36%, y los de empresa del
0.38%. En el 2016, 3 provinciales y 30 de empresa, con un incremento del 1.10%
y del 0.52% respectivamente. En el 2017, 7 provinciales y 24 de empresa. En los
de empresa de este año, hubo 8 con un incremento del 0%. Y en el 2018, de los 20 convenios de
empresa, 6 tuvieron incremento 0%. Claro y en botella…
Los
datos son muy significativos, y demuestran que lo que quisieron vender que era
necesario para salvar los puestos de trabajo, era una falacia, ya que pasó de
ser una medida coyuntural, a una estructural. Para que nos entendamos, la
reducción que se hizo, hasta de un 30%, de salarios, debido a la crisis, una
vez pasada esta, no se ha recuperado por parte de los trabajadores y
trabajadoras, sino que les va a afectar de por vida. Lo que se tardó 15 años en
conseguir, se eliminó en uno.
El
otro efecto de la reforma, era la prescripción de los Convenios. Hecho que
quisieron aprovechar para reducir al mínimo, las condiciones de los
trabajadores, aludiendo que una vez finalizado y no negociado, se tenía que
aplicar el Salario Mínimo Interprofesional. Ante esto, desde UGT planteamos una
serie de reclamaciones y querellas para que se aplicara la ultraactividad del
convenio, o en el peor de los casos el reconocimiento de las condiciones individuales. Como ejemplo
claro, tenemos el Convenio de Hostelería de la Provincia de Castellón, que no
se negocia desde el 2013, porque la patronal se niega, y así puede pagar una
miseria a sus trabajadores. En el caso de haberse podido aplicar la
ultraactividad, como mínimo estarían percibiendo lo del último Convenio. Y no
hay que olvidar la competencia desleal que se realiza a las empresas serias.
Algún
día, le contaremos a nuestros nietos, que hubo una vez en España que un
“mileurista” era un “pringao”, y ahora es un privilegiado.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada