No dan puntada sin hilo
Tristemente,
llevamos toda la semana escuchando o leyendo noticias que nos hablan de una
nueva clase de trabajadores, “los trabajadores pobres”. La prensa nos comunica
que “Casi 700.000 valencianos cobran por debajo del salario mínimo
interprofesional”, mientras Cáritas nos alerta, en su Semana de la Caridad, que
la “pobreza se hereda” y que los “hijos de familias pobres tienen muchas
posibilidades de ser también pobres en el futuro”. Los datos del INE del primer
trimestre del año, confirman un crecimiento del 0.8% en la economía española,
pero esto, lamentablemente, no se ve
reflejado en la economía familiar.
El pasado
26 de mayo en Valencia, se celebró el II Congreso de la Unión de Jubilados y
Pensionistas de la UGT-PV bajo el lema “Para reconquistar tus derechos”.
Nuestros mayores no pueden estar más acertados, no pueden descansar, han de
continuar luchando para conquistar de nuevo lo que serán nuestros derechos. ¿Cuántas
veces tendremos que luchar para conseguir avances sociales que pensábamos ya
alcanzados? Ellos lo saben bien. Lamentablemente están, estamos asistiendo a un
momento histórico peligroso. Son muchos años de lucha obrera, para dejar en
herencia salarios que no nos permiten vivir y que nos arrojan a la
beneficencia.
Por eso, permitidme
que de dos pasos atrás. Sólo dos, para coger distancia y poder mirar las cosas
con cierta perspectiva. Que la única alternativa de un trabajador sea aceptar
varios trabajos (si tiene la suerte de encontrarlos) para poder alimentarse o mantener a su
familia, da vértigo. Y aún es más grave, si se trata de una mujer. El director
de Cáritas, Juan Manuel Aragonés, informó en rueda de prensa que el 60% del
número de atendidos por la entidad fueron mujeres, “debido a su mayor
vulnerabilidad y a la creciente feminización de la pobreza”.
La Europa
de los derechos parece caer ante nuestros ojos como un castillo de naipes y nos
deja la sensación de no poder parar la
caída. No podemos dejar el futuro en manos de los ricos del planeta, esta
tierra no es sólo suya. Y aunque se hayan rodeado, de marionetas que trabajan
gobernando a su dictado, aún estamos a tiempo de pararlo. La Comunidad
Valenciana lidera el tercer puesto de todo el territorio español en número de
“trabajadores pobres”, una comunidad rica en recursos, pero históricamente mal
gestionada. No podemos permitirnos gobernantes que favorezcan las políticas de
los mercaderes, no podemos permitir Tratados como el TTIP, ni más recortes, ni
más salarios indignos, ni más pobreza, ni nos vamos a permitir más desigualdad
porque acabaría convirtiéndose en estructural, dando la razón al poderoso. No
nos vamos a dar por enterados. Esa que plantean no es la única salida de la
crisis. Debemos hacernos eco de nuestros mayores “para reconquistar los
derechos”.
Cuanto más
tiempo pasa, más cuerpo toma la teoría de que esta crisis ha sido la
malintencionada ruptura del mercado por los grandes inversores, las multinacionales,
las corporaciones, con la única finalidad de romper el estado de bienestar y
convertir a los trabajadores y trabajadoras en mano de obra barata, pobre y con
la boca cerrada. Parece que era necesario tocar fondo, dejar sin recursos a la
clase trabajadora para forzarla a aceptar cualquier empleo y ¡aún querrán que
estemos agradecidos! Pues no lo estamos, estamos indignados y decididos a no
seguir apoyando políticas de recortes. Queremos empleo de calidad, sanidad,
educación, servicios públicos, pensiones, igualdad, atención a los más
necesitados, conciliación, derechos y, desde UGT-PV, estamos dispuestos a
luchar por ello, una y tantas veces como sea necesario.
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