Ayer 6 de mayo, se celebró una conferencia en la Librería
Babel, dentro de la semana del Comercio Justo, organizada por Intermón Oxfam, alrededor
de la pregunta ¿Es justo el TTIP?.
Sandra Soutto, de la organización Attac, Tino
Calero, secretario General de UGT Comarques del Nord y, en nombre de la
Asociación en defensa de la Sanidad Pública, ACDESA, Daniel Geffner, son los
ponentes que participaron en la conferencia y nos mostraron la magnitud de las consecuencias
de un Tratado que, de llegarse a firmar, atacaría de lleno todos los órdenes de
nuestra sociedad, ya bastante deteriorada.
Sandra Soutto, explicaba como el Tratado
Transatlántico de Comercio e Inversión pretende equiparar nuestras políticas
económicas a EEUU. Situación que dejaría a Europa en total desprotección ya que
las condiciones de la liberalización del mercado son la eliminación de barreras, derechos, protección de los
ciudadanos, que hasta la fecha todavía tenemos en Europa. Al contrario que
EEUU, que cuenta con una sanidad privada, derechos laborales negociados sin
intermediarios, productos alimenticios que no pueden garantizar que son óptimos
para el consumidor, etc.. Deberían ser los EEUU quienes copiaran nuestro modelo
económico y social, ya que tiene los instrumentos que pueden proteger a los
ciudadanos de la agresión de las grandes multinacionales.
El secretismo con el que se negocia es una bofetada
a la democracia. Abría Tino Calero su intervención alertando de la opacidad de
la negociación, el Caballo de Troya del TTIP esconde no solo un interés
económico sino con una gran carga política y de recorte definitivo de derechos.
Esconde una des regularización de normas en materia de protección de derechos
laborales. Y por este camino no sería de extrañar que las grandes empresas
sustituyan incluso el poder de los gobiernos.
Dentro de esas políticas des regulatorias, los
derechos laborales que han costado tanto conseguir como la libertad sindical,
el derecho de negociación colectiva y el derecho de huelga, suponen un problema.
Tampoco hay que olvidar que en Europa contamos con
rentas diferidas, que nos permiten acceder a servicios públicos como la
sanidad, educación o servicios públicos que, de otra forma, sólo podrá acceder
aquel que se la pueda pagar, como en el modelo estadounidense. Debemos exigir
conocer al detalle todo lo que se está negociando y actuar en consecuencia.
El doctor Daniel Geffner, ahondaba en la cuestión de
la salud, que es mucho más que la sanidad.
Con la firma de este tratado, la salud, la sanidad pública se verán
afectadas por la liberalización del mercado, y lo que hoy es un derecho
garantizado, se convertirá en un bien limitado a unos pocos que puedan permitírselo.
Todo esto a la vez que estas políticas, donde prima el negocio, permitirán el
comercio de alimentos sin garantías de no contaminación, el uso del Fracking
con la degradación del medio ambiente, jornadas aún más largas de trabajo y con
empleo precario, sin poder garantizar las condiciones necesarias para vivir
saludablemente.
La privatización de los servicios públicos
sanitarios ya están teniendo consecuencias directas en los pacientes y el
Tratado de libre comercio sólo puede agravarlo, ya que refuerza el poder de las
grandes empresas frente a los pueblos.
Al finalizar la conferencia, Intermon Oxfam ofrecía
una degustación de productos de comercio justo, mientras los participantes
intercambiaban opiniones y respondían a las preguntas de los asistentes.
Los tres ponentes coincidían en la necesidad de
movilizar a la sociedad para salir a la calle, para firmar contra el Tratado y
para que se pueda frenar una negociación que no queremos, un tratado que no
necesitamos y recordarle a Europa que está ahí para protegernos.
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