Publicado en El Periódico Mediterráneo el 2 de enero de 2013
Finalizado el año toca hacer balance y, lamentablemente, este
no puede ser positivo para los trabajadores y trabajadoras castellonenses. Tal vez algunos encuentren consuelo y
esperanza en los buenos deseos del
Presidente del Gobierno, tal vez otros se dejen encandilar por los buenos
presagios del Presidente de la Generalitat y puede ser que algunos crean
sinceramente que estamos en un periodo de tránsito hacia un nuevo tiempo de
prosperidad, competitividad, desarrollo y bienestar.
Lamentablemente este año pasará a la historia como el periodo
de mayor retroceso social y económico de nuestra historia. El tiempo en el que
se sentaron las bases y se inició de forma sostenida y radical el mayor deterioro
de nuestro modelo de bienestar desde la recuperación de las libertades y la instauración
de nuestro actual sistema de protección social y todo ello se ha hecho gracias y en nombre de
la crisis. Desde su inicio los gurús económicos nos intentan “colar” que la
crisis es una oportunidad justificándolo
en su grafía china y apelando a esta cultura y filosofía milenaria, y es bien cierto que a fuerza
de repetirlo ha conseguido trasladar a una parte de la ciudadanía que si no son
capaces de ver las oportunidades que se les presentan es que son unos
fracasados. Lo cierto es que las oportunidades no se encuentran porque no
existen y para ello no hace falta leer a Confucio, solo basta acudir a una
oficina del SERVEF para comprobarlo. Sin embargo hay que reconocer que hay
seguidores de estos iluminados de la
economía de mercado y la libre empresa que se esfuerzan día a día con el apoyo
del gobierno en convertir esta crisis en
la gran oportunidad de sus vidas.
El celo con el que el gobierno se emplea en desmantelar la
educación, la sanidad y los servicios sociales solo es comparable al afán
emprendedor de sus acólitos, aquellos que se enriquecieron al calor del
pelotazo inmobiliario, y que ahora han descubierto en la privatización de lo
público un nuevo nicho de negocio rápido y próspero. Hacer empresa es costoso,
hay que emplear tiempo y esfuerzo. Trabajo en innovar y competir, luchar por
ser los mejores y hacer lo mejor
haciéndolo mejor. Demasiado esfuerzo. Es más rápido y rentable que te
adjudiquen la gestión de un servicio público,
y si va mal siempre puedes pedir que te rescaten, como si fueras un banco.
Sin embargo, mientras este plan se desarrolla de forma
concienzuda, una gran parte de los ciudadanos
que no han vivido por encima de sus posibilidades ha dicho basta, ha salido a
las calles y ha exigido un cambio en
estas políticas. Se han manifestado en cientos de ciudades y han clamado contra
un gobierno que no solo les ha mentido incumpliendo sistemáticamente su
programa electoral, sino que ha sido incapaz de, con sus medidas, conseguir un
solo cambio que nos permita augurar un futuro mejor. Finalizamos el año más
pobres, al menos la mayoría, con record de parados, con menores niveles de
protección social y con menos derechos. Si hiciéramos un símil con un curso académico
este año sería para repetir, y lamentablemente los augurios, resulta difícil
llamarle predicciones, nos indican que lo sucedido este año se repetirá o puede
que empeore en el próximo, al menos el Gobierno está empeñado en que sea así.
El próximo año el Gobierno seguirá sacrificando derechos para
satisfacer al dios mercado, y este además de ineficaz se ha demostrado
insaciable y cada día pide más: pensiones, nueva reforma laboral,
privatizaciones, recortes de salarios,…. Las élites mayas no se atrevieron a
dejar de sacrificar humanos por temor a que el sol dejase de salir y porque así
infundían un terror paralizante a sus súbditos. El gobierno nos dice que lo
hace porque no se puede hacer otra cosa aunque sus medidas tan solo empeoren la
tan manida herencia recibida e incrementen el sufrimiento de miles de
ciudadanos.
Frente a ello los ciudadanos y ciudadanas de nuestra
provincia habrán se seguir movilizándose, defendiendo sus derechos con uñas y
dientes y plantando cara a unos gobernantes al servicio de los intereses de los
poderosos, los únicos que han convertido esta crisis en una oportunidad, la de
seguir enriqueciéndose y acumulando poder convirtiendo la democracia en una
farsa al servicio de sus intereses. La UGT estará con ellos en la calle y en
los centros de trabajo, codo con codo, mano con mano luchando para que la
crisis no se convierta en su gran oportunidad.
Tino Calero,
Secretari General de la U.C. Plana Alta-Maestrat-Els Ports de la UGT-PV.
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